El tiempo es la distancia entre dos acontecimientos; no es lineal, sino multidireccional. Así, lo simultáneo luce dos veces breve y da la ilusión de un eterno retorno. Nada hay aquí, pues, de largo aliento, y poco es verdadero. Todo lo que aquí sucede, sin importar cuándo, lo barre Zaratustra con su escoba. ¡Bienvenidos!